A menudo, la idea de una residencia de mayores se asocia a conceptos como «cuidados» o «atención sanitaria». Y aunque son pilares fundamentales de nuestro trabajo, no definen la vida aquí. La vida se compone de momentos, de rutinas, de conversaciones, de risas y de compañía.
Más que contarle lo que hacemos, queremos invitarle a pasar un día con nosotros. Acompáñenos en este recorrido, desde los primeros rayos de sol hasta el merecido descanso nocturno, y descubra cómo es el día a día en la que es, ante todo, la casa de nuestros residentes.
Por la mañana: un despertar tranquilo y lleno de energía
El día comienza sin prisas. Nuestro equipo de auxiliares entra en las habitaciones con una sonrisa, ayudando a cada residente con su rutina de aseo y vestido con el respeto y el cariño que merecen. El olor a café recién hecho inunda los pasillos y guía los pasos hacia el comedor, donde espera un desayuno nutritivo y equilibrado.
Tras el desayuno, la residencia cobra vida. Mientras unos leen la prensa en los salones, otros acuden a sus terapias. En el gimnasio, nuestro fisioterapeuta dirige una sesión de gerontogimnasia para activar el cuerpo. En otra sala, la terapeuta ocupacional propone un taller de memoria, un espacio lleno de concentración y risas compartidas.
Mediodía: la hora de la comida, un momento para compartir
La comida es uno de los momentos más importantes del día, no solo por la nutrición, sino por la socialización. Nuestro comedor se convierte en un animado punto de encuentro. Las mesas se llenan de conversaciones y anécdotas mientras todos disfrutan de un menú casero, preparado en nuestra propia cocina y supervisado por nutricionistas, parte esencial de nuestros servicios de bienestar.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Residencia Doña Juana (@residencia_donajuana)
Por la tarde: terapias, ocio y visitas familiares
Después de un breve descanso, la tarde ofrece un abanico de posibilidades. Hay quien prefiere una tarde tranquila de lectura en nuestro jardín, quien se apunta a una partida de bingo o de cartas, y quien continúa con sus terapias individuales.
Las puertas de nuestras acogedoras instalaciones están siempre abiertas para las familias. Las tardes son el momento perfecto para recibir visitas, compartir una merienda y ponerse al día, manteniendo esos lazos familiares que son el motor de la vida.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Residencia Doña Juana (@residencia_donajuana)
Al anochecer: una cena relajada y el descanso merecido
El ritmo se serena al caer la tarde. La cena es más ligera y se comparte en un ambiente relajado. Después, muchos residentes se reúnen en la sala de estar para ver su programa favorito en la televisión o simplemente para disfrutar de una última conversación antes de retirarse a sus habitaciones.
Nuestro equipo de noche toma el relevo, velando por el descanso y la seguridad de todos, garantizando que cada noche sea tranquila y reparadora, listos para recibir un nuevo día.
La mejor forma de sentirlo es vivirlo.
Las palabras solo pueden describir una parte de nuestro día a día. Por eso, le invitamos a experimentarlo en persona. Concierte una visita para almorzar con nosotros y experimente de primera mano el ambiente familiar de nuestro centro.





