Depositar el cuidado de un ser querido en una residencia es uno de los mayores actos de confianza que una familia puede realizar. Esa confianza no se sustenta en el aire, sino en una serie de compromisos y obligaciones legales y éticas que todo centro debe cumplir para garantizar una atención de calidad, digna y profesional.
Conocer estas obligaciones es su derecho y su mejor herramienta para valorar la calidad de un centro. A continuación, desglosamos las 10 principales y le explicamos cómo las convertimos en nuestro compromiso diario en Residencia Doña Juana.
1. Elaborar un plan de atención individualizado (PAI)
Cada residente es único, con su propia historia, necesidades y preferencias. La ley exige que cada persona tenga un PAI, un documento que detalla los objetivos y cuidados específicos para ella en todas las áreas (sanitaria, social, funcional).
En Residencia Doña Juana: El PAI es nuestra hoja de ruta. Nuestro equipo interdisciplinar se reúne con el residente y la familia para crearlo y se revisa periódicamente para asegurar que nuestros servicios se adaptan siempre a su evolución.
2. Garantizar una atención sanitaria adecuada
La residencia debe asegurar una atención médica y de enfermería continua, gestionar la medicación de forma segura, realizar valoraciones periódicas y actuar con celeridad ante cualquier problema de salud.
En Residencia Doña Juana: Contamos con un equipo de enfermería y un médico propio que realiza un seguimiento constante, garantizando una atención sanitaria proactiva y de calidad.
3. Cumplir con los ratios de personal cualificado
La normativa de Castilla y León establece un número mínimo de profesionales (gerocultores, enfermeros, etc.) por residente para asegurar una atención directa y suficiente.
En Residencia Doña Juana: No solo cumplimos, sino que apostamos por un ratio que nos permita ofrecer un cuidado cercano y sin prisas. Creemos que la calidad del cuidado reside en la calidad humana y profesional de nuestro equipo.
4. Ofrecer una nutrición supervisada y de calidad
Se debe proporcionar una alimentación saludable, equilibrada y adaptada a las necesidades nutricionales y dietas específicas de cada residente, todo ello supervisado por profesionales.
En Residencia Doña Juana: Nuestros menús son diseñados por nutricionistas y elaborados en nuestra propia cocina con productos de proximidad, ofreciendo dietas personalizadas (sin sal, para diabéticos, etc.) sin sacrificar el sabor.
5. Mantener unas instalaciones seguras, limpias y accesibles
El centro debe ser un entorno seguro, sin barreras arquitectónicas, con una higiene impecable y con todos los permisos y licencias en regla para garantizar el bienestar y prevenir accidentes.
En Residencia Doña Juana: Nuestras instalaciones están diseñadas para ser un hogar confortable y seguro, con amplios espacios, luz natural y los más altos estándares de limpieza y mantenimiento.
6. Desarrollar un programa de actividades terapéuticas y de ocio
La residencia debe fomentar un envejecimiento activo, ofreciendo un programa de actividades que estimulen las capacidades físicas, cognitivas y sociales de los residentes.
En Residencia Doña Juana: Nuestra terapeuta ocupacional y nuestro equipo de animación diseñan un calendario semanal lleno de vida: desde fisioterapia en grupo hasta talleres de memoria, bingo, celebraciones y excursiones.
7. Respetar la intimidad, dignidad y decisiones del residente
Es una obligación fundamental proteger el derecho a la intimidad personal, a la confidencialidad de los datos y a la dignidad en el trato. Se debe fomentar la autonomía del residente en la toma de decisiones siempre que sea posible.
En Residencia Doña Juana: La Atención Centrada en la Persona es nuestra filosofía. Cada acción, desde el aseo personal hasta la planificación de actividades, se realiza con el máximo respeto a la individualidad y la dignidad de la persona.
8. Fomentar la comunicación y participación de las familias
Las familias son parte esencial de la vida del residente. El centro debe facilitar canales de comunicación fluidos y promover su participación en el plan de cuidados y en la vida de la residencia.
En Residencia Doña Juana: Mantenemos reuniones periódicas con las familias y promovemos una política de puertas abiertas. Su implicación es siempre bienvenida.
9. Disponer de un reglamento de régimen interno claro
Todo centro debe tener un documento que recoja los derechos y deberes de los residentes, así como las normas de convivencia. Este reglamento debe ser entregado y explicado a la familia en el momento del ingreso.
En Residencia Doña Juana: En el momento de la firma del contrato, entregamos y explicamos con total transparencia nuestro Reglamento para que conozca todos los detalles de nuestro funcionamiento.
10. Gestionar y custodiar la medicación de forma segura
La preparación de los pastilleros, la custodia de los fármacos y la correcta administración de la medicación según la pauta médica es una de las responsabilidades más críticas de una residencia.
En Residencia Doña Juana: Nuestro equipo de enfermería sigue un protocolo de seguridad farmacológica extremadamente riguroso para garantizar cero errores en la administración de la medicación.
Preguntas frecuentes sobre los derechos en residencias
¿Qué puedo hacer si creo que la residencia no está cumpliendo con una de estas obligaciones?
El primer paso es siempre la comunicación directa con la dirección del centro. Si la situación no se resuelve, puede presentar una hoja de reclamaciones oficial o notificar la incidencia a los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León.
¿El Plan de Atención Individualizado (PAI) se puede modificar?
Sí, y de hecho, debe hacerlo. El PAI es un documento dinámico que se revisa y actualiza periódicamente para adaptarse a cualquier cambio en el estado de salud o en las necesidades del residente.
¿Tengo derecho a conocer el menú semanal con antelación?
Sí. Los menús suelen estar expuestos en los tablones de anuncios del centro para que tanto residentes como familias puedan consultarlos.
¿Quién supervisa que las residencias cumplan con esta normativa?
Las residencias están sujetas a inspecciones periódicas por parte de los Servicios Sociales de la comunidad autónoma (en nuestro caso, la Junta de Castilla y León), que se encargan de verificar el cumplimiento de toda la normativa vigente.